Me folla rico en la madrugada y casi nos pilla mi esposo cornudo

0 Vistas
0%

Me folla rico en la madrugada y casi nos pilla mi esposo cornudo. La esposa infiel abre ansiosamente las piernas mientras su amante se sube a la cama. Comienza con besos apasionados que rápidamente se convierten en mordiscos agresivos en el cuello y tirones de pelo.

Ella jadea de excitación mientras él pasa las manos por su cuerpo, explorando cada centímetro de ella. Se puede escuchar al marido cornudo, ajeno a la aventura, roncando suavemente de fondo. La tensión aumenta a medida que los amantes se vuelven más atrevidos, sus movimientos se vuelven más audaces y vigorosos.

Marido cornudo videos porno

La esposa infiel folla a su amante con una intensidad que habla de meses de deseo reprimido. Ella lo monta con fuerza, sus pechos rebotan con cada embestida. El sexo infiel es crudo y desenfrenado, el sonido de sus pieles al chocar resuena en la habitación silenciosa. Los gemidos de la esposa infiel se hacen más fuertes y ruega por más, alcanzando nuevas cotas de placer.

De repente, los ronquidos se detienen y el marido cornudo se mueve en su sueño. Los amantes se congelan, sus corazones se aceleran. La esposa infiel le susurra a su amante que se calle, con los ojos muy abiertos por el miedo. Escuchan mientras el marido se da vuelta y, por un momento, parece que los han pillado. Pero los ronquidos del marido se reanudan y respiran aliviados.

Me folla rico en la madrugada y casi nos pilla mi esposo cornudo.
Me folla rico en la madrugada y casi nos pilla mi esposo cornudo

Mi amate me hecha un rapidín

La escena xxx de cornudos continúa con los amantes follando en varias posiciones, cada una más intensa que la anterior. La esposa está a cuatro patas, su amante la embiste por detrás, mientras mira por encima del hombro al marido dormido. Ella se agacha para jugar con su clítoris, y el riesgo de ser descubierta aumenta su excitación.

El clímax del vídeo es un primer plano del rostro de la mujer mientras tiene un orgasmo, con los ojos bien cerrados y la boca abierta en un grito silencioso. El amante se retira y se corre sobre su espalda, marcando su territorio.

Justo cuando están a punto de desplomarse de agotamiento, los ronquidos del marido cambian de tono de nuevo y la mujer mira a un lado, dándose cuenta de lo cerca que han estado de ser descubiertas.

Vea: